Somos aliados de las entidades sociales
Las entidades del tercer sector de acción social son un actor fundamental en la sociedad española del siglo XXI. Su doble papel de proveedores de atención directa a las personas más vulnerables y como agentes de sensibilización y promoción de la defensa y realización de derechos individuales y colectivos, es ya suficientemente conocido (y valorado) por la ciudadanía española.
Hoy me voy a centrar en este segundo papel, que pasa por incrementar su capacidad de incidencia política y su participación efectiva en la elaboración de políticas públicas.
El Tercer Sector en España
En el último informe publicado por la Plataforma de ONG de Acción Social en España, El Tercer Sector de Acción Social en España 2019 Nuevos horizontes para un nuevo contexto sociopolítico, el 56,4% de las entidades sociales afirmaron haber sido consultadas por las distintas administraciones. De estas últimas, sólo el 41,8% consideró que sus aportaciones habían sido tenidas cuenta en bastante o en gran medida. Eso significa que aproximadamente tres de cada cuatro entidades o no han sido consultadas, o si lo han hecho, no han sido suficientemente tenidas en cuenta. Esos son los datos en bruto, pero tampoco podemos olvidar la extrema heterogeneidad del tercer sector de acción social en España y la consiguiente distinta capacidad de influencia que tienen unas entidades sociales y otras.
Es necesario que eso cambie. Para hacerlo hay que seguir avanzando en la arquitectura institucional y legislativa del tercer sector de acción social. La Ley 43/2015 de 9 de octubre del tercer sector de acción social supuso un hito fundamental en ese camino, igual que lo han sido las distintas leyes autonómicas sobre la materia que se han ido aprobando en este tiempo. También se han producido avances en la participación de las entidades a través de la puesta en marcha de mesas de diálogo civil a nivel y estatal y autonómico. Algo muy positivo y que irá dando importantes frutos en los años próximos.
El papel de las Administraciones Públicas
Podemos decir que las administraciones públicas han ido dando pasos en la buena dirección y que eso se ha conseguido, sin ningún género de duda, gracias al impulso y a la interlocución de la Plataforma del Tercer Sector. Esa es una historia de éxito.
Pero queda un reto pendiente, como así lo destaca también el estudio que hemos mencionado. Y este reto solo depende las propias entidades del tercer sector de acción social. Nadie va a venir a solucionarles la papeleta, son las propias entidades las que tienen que recorrer ese camino. Es imprescindible mejorar la desigual o limitada capacidad sectorial de incidencia política y, sobre todo, el tercer sector debe consolidarse como un interlocutor único ante la administración y las empresas. No sólo a nivel nacional, sino también autonómico, local y sectorial. Un solo interlocutor en diferentes ámbitos.
Que sean las propias entidades las que tengan que resolver esa papeleta no significa que no deban buscar aliados, tanto en las instituciones como en el mundo empresarial. Tanto en un lugar como en otro hay, además, mucha gente dispuesta a acompañar en ese camino a las entidades sociales. A ese grupo entusiasta de aliados y socios convencidos del tercer sector se suma desde hoy, Empatía.
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